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Arquitectos: Mario Corea Arquitectura
- Área: 6500 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Pepo Segura
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Hospital Sociosanitario recientemente inaugurado en Mollet del Vallès es un ejemplo de cómo un hospital construido en los años 50 y 60 puede ser reciclado con éxito para afrontar los retos actuales y futuros que surjan en la asistencia sanitaria. A partir de un proyecto basado en ideas de intervención sencillas pero eficaces y a su vez prácticas y funcionales, el resultado es un hospital de alta eficiencia energética, y de bajo costo, cuya renovación le permite reasumir un papel activo en la vida cotidiana del barrio y sus alrededores.
La historia comenzó en 2004, cuando se llevó a cabo un concurso para un gran hospital regional que sirviera a los habitantes de la ciudad de Mollet y de las comunidades vecinas. Mientras se llevaba a cabo la construcción del proyecto ganador, el nuevo Hospital General de Mollet en las afueras de la ciudad, debía decidirse qué hacer con el hospital original en el centro de la misma. Hasta no hace mucho tiempo, el destino del edificio hubiera sido probablemente su demolición, para dar paso a una nueva construcción. Sin embargo, dado que la crisis económica se intensificó durante esta época, se hizo evidente que la solución más factible era renovar el edificio, para albergar un centro para pacientes que requieren rehabilitación o atención médica especializada por un período limitado.
El planteamiento del proyecto fue basado en la necesidad de aprovechar el edificio existente al máximo, aunque un estudio realizado por el equipo de arquitectos reveló importantes deficiencias en su estado general. La primera tarea fue la de fortalecer la estructura en varios puntos específicos. En segundo lugar, dado que las instalaciones eran totalmente obsoletas, las consideraciones de sostenibilidad y de ahorro de energía fueron de suma importancia, resultando en la incorporación de un aislamiento térmico eficaz y paneles solares. En las caras orientadas al este y oeste se montó un parasol de lamas verticales de aluminio, que también sirvió para unificar las fachadas del edificio.
En su mayor parte, la
organización del hospital original fue conservada y la decisión clave del proyecto
fue la de ampliar y revalorizar la zona central, que había sido utilizada
anteriormente como entrada secundaria y aparcamiento, para transformarlo en un
patio ajardinado al servicio de los pacientes, visitantes y personal del centro.
La planta baja acristalada se abre tanto a este patio interior, como a la nueva
plaza pública al otro lado de la calle, la cual se convirtió en parte del
proyecto durante el desarrollo del mismo. El costo total del proyecto de
renovación fue de aproximadamente la mitad de lo que normalmente se gasta en
construir un nuevo hospital en España.